Un ángel para el cambio

Los títulos laborales y los salarios nunca determinarían mis cualidades como persona, eso era lo que pensaba y lo que compartía con aquellos cercanos a mí. Sin embargo, después de alcanzar en mi trabajo una posición regional que me llenaba de orgullo y que me generaba seguridad financiera en mi entorno familiar, la teoría sobre quien era estaba siendo retada por lo que en realidad sentía en aquel momento. La sensación de victoria y el reconocimiento por parte de mis colegas y familiares se convirtió en un dulce trago que no quería dejar de beber.

Pasados algunos años de cumplir exitosamente las responsabilidades dentro de mi rol me vi obligada a enfrentar la amenaza de la inseguridad laboral gracias a una compleja restructuración dentro de mi grupo de trabajo. El proceso, el cual tuvo ingredientes de angustia, frustración y decepción, me obligó a analizar cuál sería el camino más conveniente para poder continuar aportando con las finanzas, la salud y el crecimiento de mi familia.

Ante un escenario con limitadas opciones, el ofrecimiento de bajar de posición y de salario se presentó como la única y mejor solución para mi situación. La decisión era absolutamente difícil pues significaba renunciar a una posición por la que sentía un gran apego no solo porque me encantaba desempeñarla sino porque me caracterizaba y me generaba gran comodidad.

El cambio evidentemente significaba un golpe para mi ego sin contar con que podría lucir como un fracaso ante los ojos de los demás. El apoyo de mi familia fue primordial y la bendición de contar con una entrenadora de vida quien también se convirtió en una gran amiga fue mi salvación.

En cuestión de semanas mi entrenadora me ayudo a fortalecer mi autoestima y me equipó con claves para poner en perspectiva mis prioridades y necesidades. Gracias a quien llamo mi “ángel” tuve la fuerza y la sabiduría para liderar mi propio proceso de cambio y para visualizar lo que más me convenia.

Aún recuerdo el primer día en mi nueva posición ante los ojos sorprendidos de quienes me habían conocido en mi rol anterior. Fue un día en el que decidí compartir soluciones y pensamientos positivos con todos aquellos que pasaran por el pasillo abierto donde estaba mi escritorio y un día en el que me convencí de que lo que me definía como persona no era la posición laboral ni el salario sino mi capacidad para trabajar, para ayudar y servir a los demás.

Fue entonces cuando mi historia se convirtió en una inspiración para personas a quienes conocía y para otras a quienes he ido conociendo recientemente.

Hoy me siento en paz y completamente agradecida con quienes me apoyaron, pero especialmente con aquel dulce y decidido “ángel” que Dios puso frente a mí para ayudarme a visualizar y ejecutar una estrategia llena de humildad y valentía.

Ahora resuena en mi la famosa frase de Maya Angelou: “Puede que no controles todos los eventos que te ocurren, pero puedes elegir no ser reducidos por ellos”.

Esta narradora compartió su historia en Español y en Ingles. Este es el enlace para la versión en Ingles de la historia … https://sayitforward.org/an-angel-during-change/

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