Abro mi portátil. Encuentro muchos documentos que siguen desatendidos. Cada documento tiene parte de un artículo que quedo medio horneado. Cada uno corresponde a los pensamientos que alguna vez pensé. Al abrir los documentos, uno tras otro, me doy cuenta de que con el tiempo he pensado mucho (muchísimo) pero he implementado muy poco. Échale la culpa a mi pereza, o a mi incapacidad de pensar en el final antes de comenzar a escribir. La falta de un final adecuado para mi articulo me saca de quicio, pero al final todos quedaron a medias, sin conclusión apropiada.
Incluso en la rara ocasión que luchaba y me obligaba a escribir hasta el final, la conclusión siempre era nueva y extraña a comparación del comienzo. Los pensamientos venían uno tras otro y al final de la hora, yo sentía que el párrafo ya había perdido sentido. Dejando aquel pobre pedazo de pensamiento a medias, siempre me aferraba a una nueva idea y me estiraba encontrando nuevos significados a raíz de este. Lastimosamente, el tiempo requerido para navegar estas etapas de confusión era como romper una montaña enorme. Me dejaba cansada y con sueño. Además de todo esto, siempre sentía que el contador de palabras de MS Word de alguna manera era parcial hacia mí, ya que se demoraba mucho para contar el numero de palabras que yo escribía.
Con el tiempo, esta actitud de dejar los artículos a medias se reflejaba pobremente en cada aspecto de mi vida donde todo lo que planeaba inicialmente resultaba dominado por algún pensamiento secundario. Desde me licenciatura de ingeniería en ciencias de la computación hasta mi diploma de postgrado en periodismo de multimedia, todo se sentía muy inestable dado mi naturaleza turbulenta. Al final, me parece una desgracia seguir satisfecha como una escritora mediocre. Mi deficiencia gramatical, falta de vocabulario, e ineficiencia al formular oraciones, arruga mi sentido de valor como una hoja de papel. Sin algún logro significativo en estos 25 años, la culpa que resulta de este disgusto que siento, me deja subconscientemente hueca.
Pero, hoy es un gran día. Me he inspirado a tomar la decisión de cambiar la manera en que he estado lidiando con mis tareas. Me concentrare en una idea sin anticipar la que viene. Esto me ayudara a terminar la tarea que tengo enfrente, aumentar mi satisfacción personal, y dar lo mejor de mi rendimiento.
Como un recordatorio motivacional para mí misma, también tendré en cuenta que cada persona, independiente de que sea niño o niña, está aquí para hacer algo especial que mantiene al espíritu feliz. Como tal, constantemente me esforzare hasta descubrir ese algo especial para mí. Mientras tanto, yo permaneceré paciente y consistente en mis esfuerzos para hacer lo mejor que pueda en lo que sea que este haciendo. Espero que esto me ayude a establecer una fundación fuerte para mi carácter y trabajo en los días que vienen.
Esta historia fue publicada originalmente en ingles y ha sido traducida al español. Se puede leer la versión original aquí… https://sayitforward.org/personal-story-self-realization/