La vida es siempre sorprendente y aunque lo sabemos, ésta nos continuará asombrando con el paso de las situaciones o eventos.
En cierto punto de mi vida, como muchas otras mujeres, fui diagnosticada con cáncer de mama. Era joven con solo 36 años, sin hijos y con una carrera exitosa encaminada a nivel internacional.
Junto con la enfermedad vino una operación y los tratamientos usuales. Afortunadamente el cáncer fue encontrado a tiempo y por haber seguido todas las recomendaciones preventivas, mi vida nunca estuvo realmente en peligro.
Lo que si cambió después del cáncer fui yo. Esta no es una situación inusual. La enfermedad te hace ver las cosas desde una perspectiva diferente y esta nueva visión puede ser el anuncio de una energía renovada de vida. Las mujeres que he conocido con este mismo tipo de historia lucen más radiantes, más conscientes y más resueltas.
Mi perspectiva de trabajo también cambió un poco. Ya no estaba en pos de una carrera que me llevaría a la cima de una gran compañía, pero si en la posibilidad de trabajar en ese mismo mundo para ayudar a otros, siendo capaz de esa manera de retornar la buena suerte que había tenido.
Yo, quien creí era muy talentosa en mi carrera financiera, descubrí que era una excelente profesora y una oradora empática. Me di cuenta de que mi habilidad como comunicadora era mucho mejor de lo que había pensado. Recibí toda clase de apreciación y aplausos por mi habilidad para involucrar a las personas y me di cuenta que podía contar una historia mucho mejor de lo que había hecho para presentar un buen presupuesto o un análisis financiero.
Es como si me hubiera “expandido” y hubiera escalado un peldaño más alto. Tuve experiencias gracias al cáncer que nunca antes me hubieran sucedido. He hecho cosas que antes hubiera considerado extraordinarias, como dar una ponencia en una universidad frente a cientos de personas o discutir mis experiencias con la Primera Dama de los Estados Unidos. Pude ayudar en la creación de una asociación que apoya el empoderamiento de mujeres en el mundo laboral, participe en grupos institucionales de trabajo con personas importantes en mi país y he tenido otras experiencias fantásticas antes inimaginables para mí.
Ciertamente, aun creo que hubiera sido mejor no enfermarme también creo que tuve una gran oportunidad, la cual seguramente hoy me ha hecho una mejor persona y tal vez una mucho más feliz!